jueves, 9 de junio de 2011

¿Es ahora Justin Bieber un chico malo?

Hace algunos meses todos estábamos seguros de que Justin Bieber era un dulce adolescente que luchaba con éxito por abrirse camino en el mundo de la música. Sin embargo, ahora parece que muchos están cambiando esa opinión a la vista de los acontecimientos que el cantante de Baby ha protagonizado los últimos meses.

Y es que hay días en los que parece que Justin Bieber se levanta con el pie izquierdo. Eso o que, al soplar las velas de su 17 cumpleaños el pasado mes de marzo, se le haya subido la pubertad de repente a la cabeza y ahora, sencillamente, comienza a comportarse con esa rebeldía tan normal en los adolescentes. "Toma lo que deseas y paga por ello después", publicaba recientemente el joven en su Twitter. ¿Quién no ha pintado alguna vez una frase como esta en una de sus carpetas de instituto?

Sin embargo, y aunque esto sea algo totalmente comprensible, a sus seguidores les choca, cuanto menos, el cambio que el artista ha sufrido. De la dulce imagen de niño bueno tocando la guitarra a la puerta de un teatro a su última aparición en una conocida gala de premios luciendo orejas perforadas ha pasado apenas un año.Ojo, que no es que estemos en contra de lucir pendientes, sino que, cuanto menos y, especialmente a estas edades, parece síntoma eso, de querer un poco rebelarse contra el mundo.

Así, cuando está a punto de comenzar el verano de 2011, el artista que tanto extrañaba a su familia canadiense nos obsequia día sí día también con instantáneas junto a su novia, la actriz de la factoría Disney Selena Gomez. A pesar de su corta edad, junto a la maga de Waverly Place le hemos visto pasear por las playas de Santa Monica y de escapada romántica en Indonesia. Eso si, la instantánea de los tortolitos que todo el mundo buscaba la protagonizaron el pasado mes de enero cuando ambos se besaban a la salida de la fiesta que Vanity Fair organizó con motivo de la ceremonia de los Oscar.

No solo eso. Además, Justin Bieber ha lucido un nuevo tatuaje. Eso si, un dibujo muy discreto sobre una de sus caderas, que una cosa es ser rebelde e ir a la moda y otra tener mal gusto aunque como siempre, para gustos, los colores.

Es cierto que últimamente el joven cantante nos da una de cal y otra de arena pero no debemos olvidar que, a pesar de sus desplantes ante la prensa y de sus cada vez más frecuente derroche de dinero en caprichos de todo tipo (hoteles de cinco estrellas, motos de agua, etc, etc), el chico sigue teniendo aún su corazoncito como demostró tras el terremoto y posterior tsunami que asoló Japón, momento en el que el cantante no se lo pensó dos veces y se lanzó a recaudar fondos junto a Lady Gaga, Shakira y otros artistas para contribuir a la recuperción del país.

Lo que está claro es que a sus 17 años de edad, para bien o para mal, el ahora novio de Selena Gomez está hecho un triunfador y que, si hace tiempo anunciaba a los cuatro vientos las ganas que tenía de comerse el mundo ahora podemos ver que ciertamente piensa hacerlo. Por eso, pase lo que pase, queramos o no, lo cierto es que tenemos Justin para rato.

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